Aunque no se celebre la Navidad, la ciudad roja conserva su encanto. Una escapada urbana a Marrakech es la forma ideal de despedir el año con estilo, por ejemplo admirando las estrellas en pleno desierto.
En diciembre, la temperatura oscila entre los 6 °C y los 20 °C, ¡ideal para visitar Marrakech sin pasar demasiado calor! Durante el día, podrá pasear por la medina en mangas de camisa, mientras que por la noche le bastará con una sudadera o una chaqueta ligera. Y si le apetece explorar el desierto, ha elegido la época adecuada, porque podrá explorar el Sáhara evitando las abrasadoras temperaturas del verano. Descubra las 10 cosas que hacer en Marrakech durante el último mes del año.
1.Explorar el desierto de Zagora
A unos 355 kilómetros de Marrakech se encuentra el desierto de Zagora, un paisaje árido y rocoso que debe su nombre a la ciudad homónima. Debido a la distancia, lo mejor es reservar un viaje de dos días y una noche al Desierto de Zagora para disponer de tiempo para visitar la zona. Una de las actividades más populares es el senderismo hasta la colina de Jebel Zagora, un punto elevado que garantiza unas vistas inigualables del palmeral cercano.
La ciudad es conocida como la “puerta del desierto” y, aunque su fortuna se basó antaño en el comercio, el turismo es ahora el motor de la región. Zagora es el punto de partida de varias excursiones por el desierto en camello, quad o 4×4. En las proximidades también se encuentran el Ksar de Tissergate (fortificación medieval defendida por torres de vigilancia) y el valle del Draa, una zona verde salpicada de palmeras, granados y albaricoqueros. En diciembre, se puede disfrutar de todo esto sin derretirse de calor.
2. De compras por el zoco
Si, por el contrario, es un amante de la Navidad y quiere hacer compras diferentes, los puestos de los zocos son una visita obligada. En las calles y plazas de la medina podrá comprar especias, cerámica, joyas bereberes, bolsos de cuero, cestería y todo tipo de artículos de diferentes calidades y precios. La forma perfecta de volver a casa con regalos navideños con un toque exótico.
Cuidado: en Marruecos, ir de compras es sinónimo de regatear, ¡nunca se conforme con el primer precio! Si no le apetece regatear, en el barrio de Gueliz encontrará decenas de tiendas y boutiques de estilo europeo. Para animar las compras, muchos comerciantes han empezado a celebrar rebajas navideñas.
3. Inmortalizar las más bellas puestas de sol
No es ningún secreto que las puestas de sol son más bellas en invierno. En esta época del año, la Tierra gira más cerca del sol y su ángulo al atardecer hace que los colores del sol poniente duren un poco más. Y si tiene la suerte de que haya nubes, ¡el efecto es aún más mágico! En diciembre, el cielo de la ciudad roja se tiñe de azafrán, ciclamen y carmesí: un destello de colores que le dejará sin aliento.
Si quiere volver a casa con un bonito recuerdo, puede hacer fotos desde la plaza Jemaa el Fna. Al anochecer, la silueta de la mezquita Koutubia es un espectáculo romántico. Otro lugar que tiene un toque mágico es el palmeral de Marrakech, un espacio verde situado a pocos pasos del centro. La misma escena se repite en los jardines de la Menara, pero cuidado, el parque cierra a las 5 de la tarde y en esta época del año, la noche cae un poco más tarde.
4. Reviva la historia reciente de Marruecos en La Maison de la Photographie
Cuando bajan las temperaturas, puede encontrar algo de calor en la Maison de la Photographie, la única institución cultural de Marrakech dedicada a la fotografía. En mi opinión, es el museo más interesante de la ciudad, ya que sus imágenes captan la esencia del país y permiten descubrir la vida en Marruecos en los siglos XX y XIX.
Esta vasta colección privada fue creada en 2009 por el parisino Hamid Mergani y el marrakechí Patrick Manac’h. La exposición permanente “Tesoros fotográficos de Marruecos” (una selección de grabados que muestran escenas y retratos de la vida marroquí de 1860 a 1960) está flanqueada por algunas exposiciones temporales muy interesantes.
La Casa de la Fotografía está situada en la calle Bin Lafnadek, cerca de la Madraza Ben Youssef y del Museo Orientalista. Esta institución cultural abre todos los días de 9:30 a 19:00, y la entrada es gratuita para los menores de 15 años. Otro punto a destacar es su acogedora cafetería en la azotea, donde se puede disfrutar de platos tradicionales y espléndidas vistas de las montañas del Atlas.
5. Disfrutar del jardín Majorelle sin demasiado calor
En 1919, Jacques Majorelle llegó a Marrakech y se enamoró perdidamente de la ciudad. Poco a poco, el pintor francés fue adquiriendo varias parcelas contiguas hasta alcanzar una superficie de cuatro hectáreas. Primero construyó una residencia que mezcla los estilos morisco y cubista y está adornada con balcones, fuentes y una pérgola de inspiración árabe.
Está rodeada de una exuberante vegetación compuesta por 60 variedades de cactus, palmeras, cocoteros, sauces llor
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